TALLERES

lunes, 7 de enero de 2008

A PROPÓSITO DEL LIBRO "Memoria de un juego"

LA POESÍA

DE INGRID ODGERS



Por Mª Cristina Ogalde - directora-editora de ediciones La silla

La poeta Ingrid Odgers a través de sus versos en Memoria de un juego, consulta, cuestiona, interroga, pero no queda inerte o estática ante el papel desnudo. La obsesión por la Palabra, expresada en el Canto I, “La búsqueda”, se instala férrea, inalterable en el poema “La fusión de los signos”. La mirada ausculta los acontecimientos, la rutina cotidiana, los objetos….”esa rutina hipnótica entre la lengua y el mundo”, no deja de “extender la mano hacia el cielo”, /develar la doble dimensión/anchura/longitud, perseguida en el /hechizo del silencio.

La creación ligada a la soledad, a la mirada, recuerdos y objetos, que se ensamblan en un sólido engranaje, unidos por el “hambre” del verso que fluye de un lenguaje reflexivo, intenso que no se detiene ante el “horror” del mundo sino se despliega, avanza en un acto de amor y se entrega con el mismo sentir, la misma intensidad. Parece “utopía”, dice la poeta, pero “las palabras orillan el silencio” y el yo lírico se siente “cazado” por la búsqueda de significantes que expresen “el resplandor” del Verbo, la Palabra, que es vida y sentido. Ingrid Odgers, asume el costo de su pasión: /perdí trabajo /estudios /dinero /… Ella avanza, deja crecer “el plan” que se libera en un destino no elegido o por la fuerza del azar. Ingrid no declina ante la utopía (Canto II), ni ante el costo. Es en el último canto, Canto III, del libro, titulado “Memoria”, que desplaza la mirada, como en un tablero de ajedrez, por los acontecimientos, objetos y rincones unida a las lecturas de Bolaño, Donoso, Perec, Sábato, donde asume su vocación….”dispensar la memoria es nuestra vocación”, /un museo íntimo que sume sus caderas en el drama/, /en la patología de escudriñar rincones/ La autora se reconoce en /un corazón que se confronta con la historia/. Nos dice: “la soledad y el recuerdo es el único teatro” donde la Palabra alza sus alas. Es en este teatro y este tablero donde la encontramos, prodigando su poesía desde el umbral de la incertidumbre, los pasillos de la angustia y la certeza de su vocación. En “Memoria de un juego”, la poeta Ingrid Odgers abre sus alas con vigor y resolución en el apasionado, multiforme y múltiple estadio de la creación poética.

Para el lector puede reflejar sus propias realidades porque los versos han captado del “maremagnum” el dolor, la angustia, la frustración, la ira, el amor y el desamor, el desempleo, el consumismo, el cosismo, y todos los “ismos” que dañan nuestra sociedad. Estos poemas delicadamente escritos en brillantes metáforas, anáforas, recursos estilísticos, dejados de disonancias, corresponden a un lenguaje poético propio de aquel que ha hecho de la literatura y más aún de la poesía su “torre de fortaleza”.


María Cristina Ogalde

Directora-editora Ediciones La silla -Región del BíoBío- Chile


NOTA BIO-BIBLIOGRAFICA Ingrid Odgers Toloza

Ingrid Odgers Toloza nació en Concepción, en 1955. Estudia en el Liceo de Niñas y en la Universidad de Concepción. Analista de Sistemas, Diplomada en Administración y Marketing, poeta y narradora. Fundadora del Centro de Investigaciones Culturales, es activa gestora cultural. Obtiene el año 2002 el Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por su proyecto Cyberliteratura desde el Bío-Bío. Ha publicado Ángel dormido (1998), Bajopiel (1998), Arcoiris de vida (1999), Copa de invierno (2000), El retorno del ángel (2001), La extraña barca del olvido (2003), Náufragos en la ciudad (2003), La llave de la otra historia (2005), A puertas cerradas (2005), En las frías rodillas del mundo (2006), La fusión de los signos (2007), Memoria de un juego y la novela Mas silenciosa que mi sombra (2006, La silla). Figura en las antologías nacionales Poesía del Sur (Letra Nueva, 2002) Forestal 22 (Magoeditores, 2006) en la Antología de Poesía Rayentrú (Leutun Ediciones, 2007), y Voces sin Fronteras- Poesía Hispanoamericana (Edition Alondras-Montreal, Canadá, 2006). Su obra se menciona además en el Carné Lírico Chileno, en la Cartografía Cultural de Chile, en las revistas literarias Artemisa, Safo, El ermitaño, Anfora, Artemisa, etc. y diversas páginas de Internet. Asesora al Centro Cultural Talcahueñu de Talcahuano y es encargada de Arte y Cultura de la Revista Catalejo del puerto de Talcahuano, región del BíoBío. Es miembro del Comité Consultivo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile.

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